lunes, 26 de mayo de 2008

CAIDA DE TENOCHTITLAN

Cuando Hernán Cortés fue derrotado durante la batalla de la noche triste, huyó y se refugió en Tlaxcala, con el propósito de buscar nuevos aliados y formar un gran ejército para regresar y atacar nuevamente a la gran ciudad.
Cuitláhuac, había sido elegido por los mexicas para ocupar el lugar de Moctezuma. El quería reconstruir lo que los españoles habían destruido, pero fue atacado por la viruela y también murió junto con muchos de los mexicas.
Esto debilitó mucho más al pueblo y favoreció a Hernán Cortés, que había logrado conformar un gran ejército con la alianza de los tlaxcaltecas, totocanas, cholultecas y huejotzincas.
Para garantizar el triunfo, los españoles y sus aliados combatieron y terminaron primero con pequeños pueblos y señoríos que vivían alrededor del Lago de Tetzcoco. Así, en mayo de 1521 rodearon y sitiaron la ciudad, impidiendo la entrada de agua y alimento para los habitantes de la Gran Tenochtitlan.
Después de muerto Cuitláhuac, Cuauhtémoc, un joven militar que estaba dispuesto a combatir a los españoles hasta el fin, a pesar de todos los problemas existentes, fue elegido emperador.
Cuauhtémoc se enfrentó con una situación terrible, el pueblo estaba muy debilitado, los alimentos y el agua escaseaban, había muchas enfermedades y los guerreros estaban muy cansados, por lo que algunos nobles y guerreros le pidieron que se rindiera, pero no aceptó y como esta sugerencia le molestó mucho, mandó matar a los que se lo propusieron, lo que originó además la división de los mexicas.
Así, a fines de mayo de 1521, los españoles ya dominaban alrededor del Lago de Tetzcoco y se preparaban para entrar a la ciudad de Tenochtitlán por las calzadas de Iztapalapa, Tacuba y Tepeyac.
Cuauhtémoc fortaleció la plaza, reunió víveres y destruyó los puentes de los canales, sin embargo el avance de los españoles solamente se pudo controlar durante 75 días, porque el 13 de agosto de 1521, los mexicas quedaron sitiados en el islote de Tlatelolco: Los españoles se apoderaron de las tres calzadas, atacaron por tierra y por los canales, destruyeron el Templo Mayor, mataron a los sacerdotes, destruyeron los edificios de la ciudad y cortaron el agua.
Cuauhtémoc, mandó que todos los mexicas se refugiaran en Tlatelolco, pero debilitado y sin posibilidades de continuar la defensa, fue detenido por los españoles y llevado ante Cortés, al que le pidió que "tomara su cuchillo y lo matara".
Cortés decidió mantenerlo prisionero porque pensaba que él sabía donde se encontraba el "tesoro de Moctezuma" y que tenían el oro que su ejército había perdido durante la noche triste, pero al no obtener respuesta, mandó que le quemaran los pies y después lo ahorcaran, junto con el Señor de Tacuba. Así murió el último emperador azteca.
Mientras Hernán Cortés tomaba y destruía la ciudad la Tenochtitlan, Pedro de Alvarado y sus hombres atacaron la plaza del mercado de Tlatelolco y aunque los mexicas les tendieron una emboscada y tomaron prisioneros a 50 de ellos a quienes sacrificaron de inmediato, ésta fue la última victoria de los mexicas, que resistieron hasta el 13 de agosto de 1521, fecha en que se rindieron.
Con la caída de Tenochtitlán y la alianza de varios señoríos indígenas, los españoles se apoderaron fácilmente del centro y ahí, en donde antes estuvo la cultura más importante de Mesoamérica y la hermosa ciudad de Tenochtitlán, los españoles empezaron a edificar la capital de la Nueva España.

MOCTEZUMA II


Noveno emperador azteca (1503-1520). Hijo del emperador Axayácatl, fue elegido gran sacerdote y, en 1502, sucedió a su tío Ahuitzotl en el gobierno de un vasto imperio, que se extendía desde el límite meridional del actual Michoacán hasta más allá del istmo de Tehuantepec y cuya capital era Tenochtitlán (actual Ciudad de México). Esta gran urbe, fundada hacia 1325 por los aztecas sobre un lago, en 1519 contaba con una población de unos 100.000 habitantes.
A fin de estructurar sus dominios, Moctezuma II organizó el imperio en diversas provincias, creó una sólida administración central y reguló el sistema tributario. Al mismo tiempo, prosiguió la expansión militar iniciada por sus predecesores, aunque no pudo someter a los pueblos enemigos de Tlaxcala y Texcoco y fracasó en sus expediciones a Guatemala y Nicaragua, territorios asiduamente frecuentados por los mercaderes aztecas.
En 1518, informado de la presencia de las naves del explorador español Juan de Grijalva en la costa de Yucatán, el soberano azteca envió emisarios y regalos a los extranjeros, a quienes tomó por enviados del dios de la sabiduría Quetzalcóatl, «la serpiente emplumada», para anunciar su retorno.
En efecto, según una creencia muy extendida entre los pueblos mesoamericanos (aztecas, mayas, toltecas, etc.), tras haberse enfrentado a Huitzilopochtli, dios de la guerra, Quetzalcóatl había partido hacia oriente atravesando el mar, no sin antes prometer que volvería en el año azteca de Ce Acatl, fecha que correspondería al año 1519. Cuando la expedición de Hernán Cortés desembarcó en sus costas, Moctezuma no dudó en identificar al conquistador con Quetzalcóatl y, en noviembre de 1519, lo recibió solemnemente en Tenochtitlán y lo colmó de valiosos presentes.
Sin embargo, a los pocos días, Cortés, preocupado por la idea de que su vida y la de sus hombres dependiera tan sólo de la voluntad del emperador, decidió llevar a cabo una audaz maniobra y hacer prisionero a Moctezuma, con la intención de someterlo y mantenerlo en el poder de un modo simbólico. El ardid de Cortés tuvo éxito, pero la humillante retención del emperador provocó un creciente malestar entre los aztecas, acentuado por el comportamiento sacrílego de los españoles hacia Huitzilopochtli, que con sus ofensas herían en lo más vivo las creencias indígenas.
La tensión estalló en junio de 1520, durante la celebración de la fiesta de Toxcatl, día en que millares de aztecas, desarmados y vestidos únicamente con ricas plumas y joyas preciosas, se reunieron en la plaza principal de la ciudad para iniciar una danza ritual y fueron masacrados por los hombres de Pedro de Alvarado, lugarteniente de Cortés. A raíz de este suceso, la aristocracia azteca depuso a Moctezuma y nombró como sucesor a su hermano Cuitláhuac, quien encabezó la revuelta contra los extranjeros.
Tras cinco días de violentos combates, Cortés intentó utilizar al destronado emperador para negociar la obtención de un salvoconducto que permitiera a sus tropas salir de la capital, pero cuando Moctezuma se dirigió a la multitud enfurecida fue apedreado; murió tres días más tarde a consecuencia de las heridas sufridas. En cuanto a los españoles, poco antes de la medianoche del 30 de junio de 1520 iniciaron una desastrosa retirada de Tenochtitlán, en el transcurso de la cual sufrieron numerosas bajas, episodio que ha pasado a la historia con el nombre de La Noche Triste.

Matanza de Cholula


En su paso hacia Tenochtitlan Cortés llegó a Cholula, aliada del Imperio Azteca, que era la segunda ciudad más grande después de Tenochtitlan, con 30.000 habitantes. La leyenda española cuenta que luego de haber recibido a Cortés y su enorme ejército, las autoridades de Cholula planearon tenderle una emboscada y aniquilar a los españoles, pero que una anciana, que quiso salvar a la Malinche (Doña Marina), cometió la indiscreción de confiar a ésta lo que tramaba su pueblo y que aquella alertó a Cortés quien, mandó inmediatamente a su ejército a atacar, causando lo que se conoce como la matanza de Cholula, en la que más de 5.000 hombres murieron en cinco horas. El contingente permaneció en Cholula durante octubre y noviembre y al salir Cortés mandó incendiar la ciudad.
En su paso desde Cholula, Cortés atravesó entre dos volcanes, el
Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, por un paraje boscoso que hoy lleva el nombre de Paso de Cortés. Del otro lado, avista por primera vez el lago y la isla del Imperio Mexica y se aproxima a ella por el camino de Xochimilco. Al llegar a Ayotzinco, preparó el ataque a Tenochtitlan.

Hernan Cortés

Conquistador español de México (Medellín, Badajoz, 1485 - Castilleja de la Cuesta, Sevilla, 1547). Procedente de una familia de hidalgos de Extremadura, Hernán Cortés estudió brevemente en la Universidad de Salamanca. En 1504 pasó a las Indias recién descubiertas por Colón y se estableció como escribano y terrateniente en La Española (Santo Domingo). Participó en la expedición a Cuba de 1511 como secretario del gobernador Diego Velázquez, con quien emparentó al casarse con su cuñada y que le nombró alcalde de la nueva ciudad de Santiago.
En 1518 Diego Velázquez confió a Hernán Cortés el mando de una expedición a Yucatán; sin embargo, el gobernador desconfiaba de Cortés, a quien ya había encarcelado en una ocasión acusado de conspiración, y decidió relevarle del encargo antes de partir. Advertido Cortés, aceleró la partida y se hizo a la mar antes de recibir la notificación (1519).

Con once barcos, unos seiscientos hombres, 16 caballos y 14 piezas de artillería, Hernán Cortés navegó desde Santiago a Cozumel y Tabasco; allí derrotó a los mayas y recibió -entre otros regalos- a la india doña Marina, que le serviría como amante, consejera e intérprete durante toda la campaña.
Desobedeciendo órdenes expresas del gobernador Velázquez, fundó en la costa del golfo de México la ciudad de Villa Rica de la Veracruz. Allí tuvo noticias de la existencia del imperio azteca en el interior, cuya capital se decía que guardaba grandes tesoros, y se aprestó a su conquista.
Para evitar la tentación de regresar que amenazaba a muchos de sus hombres ante la evidente inferioridad numérica, Hernán Cortés hundió sus naves en Veracruz. Logró la alianza de algunos pueblos indígenas sometidos a los aztecas, como los toltecas y tlaxcaltecas. Tras saquear Cholula, llegó a la capital azteca, Tenochtitlán, en donde fue recibido pacíficamente por el emperador Moctezuma, que se declaró vasallo del rey de Castilla. La posible identificación de los españoles con seres divinos y de Cortés con el anunciado regreso del dios Quetzalcoátl favoreció quizá esta acogida a unos extranjeros que enseguida se empezaron a comportarse como invasores ambiciosos y violentos.
Entonces tuvo que dejar la ciudad a su lugarteniente Alvarado, para hacer frente a las tropas de Pánfilo de Narváez, enviadas por el gobernador Velázquez para castigar su rebeldía y devolverle a Cuba; Cortés los derrotó en Cempoala y consiguió que se uniese a él la mayor parte del contingente (1520). Cuando regresó a Tenochtitlán, encontró una gran agitación indígena contra los españoles a causa de los ataques realizados a sus creencias y símbolos religiosos y de la matanza de sus nobles por Alvarado para desbaratar una supuesta conspiración. Hizo prisionero a Moctezuma e intentó que éste mediara para calmar a su pueblo, sin lograr otra cosa que la muerte del emperador.

ORGANIZACION POLITICA DESPUES DE LA CONQUISTA

Gracias a la mala organización por parte de Hernán Cortés tanto en actividades comerciales como en las económicas, surge una nueva forma de gobierno.
La Nueva España estaba siendo descuidada por el rey, que en ese entonces era Carlos V, lo que generó el descontento de gran parte de la población.
El Rey Carlos V organizó el gobierno de forma virreinal, pero siendo él jefe supremo de la Nueva España. Ésta nueva forma de gobierno tenía la finalidad de guardar el orden, evitar revueltas de los grupos indígenas, controlar el comercio hacia España, establecer leyes para controlar el estilo de vida y el mercado de estos territorios.
El virrey debía cumplir varios cargos como por ejemplo, gobernador, vicepatrono de la Iglesia, Superintendente de la Real Hacienda, Capitán General y Presidente de la Real Audiencia en México.


Los gobernantes de aquella época llevaron acabo múltiples tareas como fue implementar la religión católica a los grupos indígenas, institucionalizar leyes religiosas, comerciales, repartición de tierras, tierras comunales, ejidos, orden y progreso en la sociedad, el comercio de oro y otras cosas a España, el desarrollo de la agricultura y ganadería, el cobro de impuestos por métodos de opresión, etc. Esto fue logrado por los gobernantes gracias al alto rango de poder que el Rey en España les otorgaba.
La época virreinal causó un gran desarrollo en la Nueva España, pero también se vivía una gran opresión dentro del país. Este sistema de gobierno causó la separación en clases sociales, en los cuales sólo los españoles podían tener cargos de gobierno, lo que también causó mucha pobreza. Como consecuencia de esto vino la injusticia en la repartición de las tierras, la iglesia jugo un gran papel en esta época, como mediador y represor de la gente, esta llevaba a cabo el papel de mantener a la gente con ideales que al gobierno le convenía.
También, la iglesia sirvió como forma para recaudar impuestos para el gobierno con formas de implementar miedo y oprimiendo al pueblo.
Todas éstos acontecimientos dieron inicio a lo que después fue la Independencia de México.
Principales virreyes de la nueva España

Hernán Cortés 1519-1524Antonio de Mendoza 1535-1550
Juan O'Donojú 1821

LA SOCIEDAD

El panorama general de una sociedad en el Siglo XVI era muy extensa. Había desde indios, negros y esclavos hasta virreyes, nobleza y sacerdotes. La sociedad mas pobre en esas épocas eran los negros que fueron traídos como esclavos desde África o bien a través de Estados Unidos; estos hacían el trabajo agotador, especialmente el del campo relacionado a la agricultura y eran muchas veces explotados. Los indígenas, se podría decir que eran la segunda clase después de los negros; estos también hacían labor muy pesada en el campo pero no eran esclavos ni maltratados. Luego venía la clase media que era compuesta por mestizos y por alguna parte de los criollos, esta era la que mandaba a los esclavos e indígenas, también era a veces dueña de tierras y industrias pequeñas. Los españoles, criollos ricos, los sacerdotes y la nobleza encabezaban la sociedad alta. Eran los dueños de las tierras y los que gobernaban al país ya sea militarmente o civilmente. La nobleza estaba constituida básicamente de españoles y criollos ricos, casi siempre tenían parentesco con el Rey o Virrey de la Nueva España. Los sacerdotes, en esa época tenían mucha influencia sobre la sociedad pues tenían mucho dinero y poder para gobernar.

LA RELIGION EN LA CONQUISTA

La conversión de los indígenas a la religión católica y la eliminación de las antiguas creencias de los pueblos mesoamericanos era un propósito al que los españoles daban tanta importancia como a la dominación militar. Por eso se dice que, junto con las acciones guerreras, hubo en Nueva España una conquista espiritual.
Inmediatamente después de la derrota azteca, llegaron a la Nueva España grupos de sacerdotes católicos. Pertenecían a órdenes religiosas de misioneros, es decir, a grupos que tenían organización y disciplina propias, cuya tarea era la de extender la religión entre aquellos considerados infieles o idólatras.
Las órdenes religiosas que llegaron primero a la colonia fueron las de los franciscanos, los dominicos y los agustinos.
Unos pensaban simplemente en destruir los templos, prohibir los antiguos rituales y castigar a quienes insistieran en practicarlos. Otros creían que era necesario convencer a los indígenas mediante la prédica.
Estas diferencias provocaron conflictos dentro de la Iglesia católica y frecuentes enfrentamientos entre los defensores de los indígenas, por un lado y, los colonizadores y el gobierno español por el otro.
Numerosos grupos de indígenas se resistieron a abandonar sus creencias, pero al paso del tiempo el catolicismo se arraigó en la población india y mestiza. A los rituales religiosos se incorporaron formas de celebración y de culto, que tienen su origen en las tradiciones antiguas y que dieron al catolicismo popular una personalidad propia.

ANTECEDENTES

En el siglo XV, los europeos se vieron en la necesidad de buscar una nueva ruta que les permitiera llegar a China y la India (países en los que adquirían especias y otros productos muy demandados en Europa) debido a que los turcos les impedían el paso por los caminos conocidos.
Fue así como en 1492 Cristóbal Colón, patrocinado por los reyes de España, realizó el “Descubrimiento de América” creyendo que había encontrado una nueva ruta comercial hacia el Oriente.
A partir de ese momento, las islas descubiertas por Colón se fueron poblando de aventureros que deseaban obtener poder y riquezas en las nuevas colonias españolas y de misioneros que se proponían extender la religión católica en esas lejanas tierras.
Precisamente Cuba, una de esas islas, fue el punto de partida de las expediciones que culminaron con la conquista de México. Sabiendo ya que las tierras descubiertas por Colón formaban parte de un nuevo continente, en 1517, el gobernador, Diego Velásquez, envió al navegante Francisco Hernández de Córdoba a que explorara las tierras que se encontraban al oeste del Mar de las Antillas.
Así fue como llegó a las costas de Yucatán y Campeche en donde pudo admirar las grandiosas ciudades que tiempo atrás habían sido habitadas por los mayas, regresando a Cuba para contar todo lo que había descubierto.
Después de conocer estas noticias, Diego Velásquez, gobernador de Cuba, pensó que debía enviar a otros exploradores para que averiguaran más sobre estas misteriosas tierras. Envió entonces a Juan de Grijalva, quien logró llegar hasta Veracruz; en este lugar no sólo obtuvo una gran cantidad de oro, sino valiosa información sobre la existencia de Tenochtitlan y el inmenso imperio azteca. Grijalva regresó a Cuba y contó al gobernador todo lo que había descubierto. Tiempo después, en 1519, Diego Velásquez decidió enviar a Hernán Cortés al mando de 11 embarcaciones y 700 hombres para que explorara el territorio descubierto y comerciara con sus habitantes.
Pero Cortés tenía otros planes y no siguió las órdenes que había recibido. Deseando apoderarse de tierras y riquezas, emprendió la marcha hacia el centro del Valle de México, en donde se encontraba Tenochtitlán, capital del imperio azteca.